La cirugía de la diabetes

La diabetes mellitus (especialmente la tipo 2) es una de las enfermedades crónicas más importantes en el contexto actual, no únicamente por la alta prevalencia entre la población, sino también por los posibles riesgos que conlleva para el paciente, principalmente cardiovasculares, suponiendo un alto coste socio-sanitario.

En el estado español, más de un 13% de la población padece formas de intolerancia hidrocarbonada. Se estima que aproximadamente 350 millones de personas serán diagnosticados de diabtes en el año 2030, de manera que es considerada como la “epidemia del siglo XXI”.

La diabetes tipo 2 ha supuesto una revolución en la cirugía digestiva, proponiendo un nuevo concepto denominado “cirugía metabólica”, que tiene como finalidad la mejoría de la expectativa y la calidad de vida de los pacientes.

En un 70% de los pacientes diabéticos tipo 2 se asocia esta patología a la obesidad pero en el 30% restante no se da esta circunstancia; es a este 30% de pacientes a quien va dirigida esta cirugía, ya que el paciente diabético que sufre obesidad tiene como cirugía recomendada la de la obesidad.

Habitualmente, el vínculo entre obesidad y diabetes es considerable, principalmente si la acumulación de grasa es en la zona abdominal; es por ello, que ha aparecido una término denominado “la diabesidad” (síndrome X, síndrome metabólico) como situación mixta, en la que la disminución de peso es tan importante como el mismo tratamiento de las cifras altas de glucosa en sangre.

Justificación de la cirugía de la diabetes

El tratamiento integral de la diabetes, dietético, conductual, farmacológico, con pautas de intensificación insulínica tiene hoy sentido únicamente para la prevención de la mortalidad cardiovascular (prevención secundaria). Además debemos tener en cuenta otras complicaciones. Algunas “agudas” derivadas de un control inadecuado de la enfermedad (hipoglucemias, cetoacidosis y coma hiperosmolar no cetósico) y otras “crónicas” como la retinopatía, nefropatía, neuropatía, artropatía y dermopatía diabética además del “pie diabético”.

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La cirugía de la diabetes o también denominada cirugía metabólica ha aparecido gracias a las evaluaciones de pacientes que padecían obesidad mórbida  y diabetes, y que se sometían a cirugía de la obesidad o cirugía bariátrica. Se constató una normalización de los niveles de azúcar en sangre poco tiempo después de la intervención, además de una considerable bajada de peso.

Es conocido de un punto de vista fisiopatológico la importancia que tiene en la mejora de la secreción pancreática de insulina el reducir la infiltración grasa local peri-pancreática. También lo es la mejoría en el “clearance” hepático de la insulina cuando reducimos la esteatosis hepática tan frecuente en la diabetes tipo 2.

Pero en gran parte, una mejora en la diabetes es consecuencia de que los alimentos al evitar el paso por la primera parte del intestino delgado llegando a la parte más distal de éste, producen la liberación de ciertas hormonas llamadas incretinas (GLP1 -péptido similar al glucagón- y GIP -péptido gástrico inhibitorio-), que actúan sobre el páncreas incrementando la producción de las células pancreáticas productoras de insulina (células beta). El aumento de la producción de insulina, reduciendo la muerte de células beta y aumentando la sensibilidad a la insulina a nivel periférico, lleva a que la diabetes remita o mejore.

La cirugía metabólica no es pues ni una cirugía basada en la pérdida de peso, ni tampoco una cirugía puramente derivativa para forzar la malabsorción de glucosa, sino una técnica para incidir en la fisiopatología existente entre el “cross-talk” entre intestino y páncreas. Por primera vez se establece que la diabetes no es sólo una enfermedad pancreática, sino también intestinal, lo cual constituye un nuevo concepto médico.

Objetivos del tratamiento quirúrgico de la diabetes

Tener un mayor control de la glucemia, así como garantizar una buena calidad de vida en los pacientes son las principales metas de esta cirugía. Si se logra un control correcto de las cifras de azúcar en sangre, se obtendrá una reducción de complicaciones cardíacas, vasculares, renales y oftalmológicas, que pueden ser dadas por la misma diabetes. Así pues, supondrá un incremento en la supervivencia de los pacientes diabéticos tipo 2.

Contenido elaborado por el equipo médico de Quirúrgica