Las glándulas suprarrenales son dos glándulas que se encuentran justo encima de los dos riñones.
Dichas glándulas son capaces de sintetizar ciertas hormonas como el cortisol, la aldosterona y la adrenalina. El mal funcionamiento de estas glándulas puede deberse a dos causas fundamentales: o bien toda la glándula aumenta de tamaño y funciona en exceso (hiperplasia suprarrenal) o bien aparece un tumor en la glándula que segrega alguna de estas hormonas de manera incontrolada. También existe la posibilidad de que aparezcan tumores malignos en las suprarrenales y metástasis de otro tumor situado en algún lugar de nuestro cuerpo.
¿Qué síntomas produce el mal funcionamiento de las glándulas suprarrenales?
Dependiendo del tipo de hormona que se segregue en exceso variarán los síntomas. Así puede producirse hipertensión arterial, diabetes, aumento de peso y aparición de estrías en la piel (síndrome de Cushing), etc.
¿Cómo se diagnostica?
Generalmente su endocrinólogo o su internista le realizará el estudio concreto de cada hormona para diagnosticar cuál de ellas funciona mal. Para ello se realizan determinados análisis de sangre y orina y pruebas de imagen como el TAC, resonancia magnética y gammagrafía.
Es relativamente frecuente la presencia de tumores no funcionantes en una glándula suprarrenal, estos tumores suelen ser benignos y se diagnostican casualmente al hacer alguna prueba de imagen (TAC o Resonancia) para el estudio de otras enfermedades, a estos tumores no funcionantes se les denomina “Incidentalomas”
¿Cuándo debo operarme?
Habitualmente el mal funcionamiento de las suprarrenales puede controlarse con tratamiento médico. En aquellos casos en que dicho tratamiento no es eficaz o se trata de un tumor que produce hormonas de forma incontrolada estará indicado el tratamiento quirúrgico. Los tumores no funcionantes o incidentalomas deben extirparse si son mayores de 4 cm. o se demuestra que están creciendo.
¿Se puede intervenir por laparoscopia?
Hoy en día la cirugía laparoscópica es la técnica indicada. Consiste en realizar la intervención a través de pequeños orificios por donde introducimos una cámara y el instrumental necesario para operar. Durante la intervención puede extirparse una o las dos glándulas suprarrenales. Este tipo de cirugía consigue que el paciente presente menos dolor, la recuperación sea mucho más rápida, facilita la movilización precoz y evita o disminuye complicaciones potencialmente graves (trombosis, embolias, complicaciones respiratorias, etc).