El tejido hemorroidal es un componente normal de la anatomía humana. Se trata de un engrosamiento de la submucosa del canal anal (parte final del recto) que contiene una combinación de vasos venosos y arteriales, musculatura lisa y tejido de sostén que actúa a modo de almohadilla y que contribuye a un cierre más efectivo del ano. Cuando dicho tejido se hipertrofía, prolapsa externamente y produce sintomatología más o menos severa, es cuando recibe el nombre de hemorroides.
Se distinguen dos tipos de hemorroides:
- Hemorroides externas: visibles alrededor del ano y recubiertas de piel
- Hemorroides internas: no visibles al estar situadas por encima del ano, en el interior del recto y recubiertas de mucosa.
¿Cómo puedo saber si tengo hemorroides?
El síntoma más frecuente y con el que primero suelen manifestarse es la rectorragía o sangrado anal, aunque también pueden producir prolapso (protrusión a través del ano), picor y episodios de inflamación con mayor o menor dolor y palpación de bultos anales.
Contrariamente a lo que se piensa, las hemorroides generalmente no duelen a no ser que estén prolapsadas o trombosadas.
Las hemorroides internas se clasifican en 4 grados:
- Grado I: al defecar sólo existe sangrado.
- Grado II: sobresalen al defecar pero se reintroducen espontáneamente al detener el esfuerzo defecatorio.
- Grado III: : sobresalen al defecar pero se deben reintroducir manualmente
- Grado IV: son irreductibles y siempre están prolapsadas.
Las hemorroides, ¿pueden transformarse en cáncer?
No, pero dado que a veces la síntomatología es la misma, ante estos síntomas se debe acudir al especialista para descartar tumores rectales (pólipos benignos o cáncer de recto), enfermedades inflamatorias (colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn) y otras enfermedades anales (fisuras, condilomas, etc)
Si tengo hemorroides ¿Tengo que operarme?
La visita al especialista sirve en primer lugar para confirmar el diagnóstico, pero así mismo también para valorar el grado de hemorroides. No existe un tratamiento único para las hemorroides ni todos los pacientes con hemorroides deben ser operados. Dependiendo de la severidad de la clínica y del grado de hemorroides existen diferentes opciones terapéuticas, todas ellas con buenos resultados si están bien indicadas.
Tratamiento no quirúrgico
- Medidas dietéticas: se debe ingerir una cantidad mínima de fibra (fruta, verdura, aditivos tipo plantago ovata…) y abundantes líquidos (1,5- 2 litros/día). Suprimir alimentos con especias picantes, alcohol y café.
- No estar sentado en el lavabo más de 10 minutos
- Baños de asiento con agua tibia-caliente: 3 o 4 al día con una duración de unos 5 minutos
- Pomadas tópicas: sirven para reducir las molestias en casos de crisis hemorroidales disminuyendo el edema y la inflamación, pero no curan, y en ningún caso deben aplicarse de forma habitual , ya que su uso continuado puede provocar dermatitis anal y atrofía cutánea.
- Sustancias venotónicas: son también puramente sintomáticas, no curativas (Daflon, venoruton…)
- Para la hemorroides de menor grado (I y II) existen una serie de métodos no quirúrgicos que, realizados en diversas sesiones en la consulta médica, consiguen con escasas molestias, la reducción de las hemorroides. Dichos métodos incluyen: inyección de sustancias esclerosantes, coagulación (ya sea con infrarrojos o con láser no quirúrgico), y la ligadura con bandas elásticas, actualmente el método más utilizado.
Tratamiento quirúrgico
En aquellos casos de hemorroides grado III y IV, más sintomáticas, es cuando se iniciará el tratamiento quirúrgico.
El postoperatorio de las hemorroides es más doloroso que otras zonas de la anatomía humana, ya que la región ano-genital presenta una rica inervación sensitiva. En los últimos años, debido a los progresos en las técnicas quirúrgicas y métodos utilizados, la disponibilidad de mejores analgésicos y medicación antiinflamatoria, se ha conseguido que el postoperatorio sea más llevadero.
La cirugía puede llevarse a cabo de forma ambulatoria, es decir, sin ingreso, o bien de corta estancia (una sola noche en clínica).
Se pueden realizar diferentes técnicas:
- Cirugía convencional: con bisturí eléctrico monopolar.
- Con láser: en especial en aquellas hemorroides con predominio de componente externo. El láser, sin que haya demostrado que acorte el tiempo de cicatrización de las heridas, produce una menor y más controlada lesión térmica en los tejidos. Esto se traduce en menor inflamación postoperatoria y, por tanto, menos dolor y más rápida reincorporación a las actividades habituales.
- Con ligasure: sellador de vasos y tejidos monopolar
- Técnica de Longo o mucosectomía con grapadora mecánica: Con esta técnica se elimina el prolapso hemorroidal y mucoso mediante la resección circunferencial de una banda de mucosa rectal, quedando la herida a un nivel interno menos doloroso que se traduce en un postoperatorio más confortable.
- THD (desarterialización hemorroidal transanal): consiste en suturar con puntos quirúrgicos la arteria hemorroidal que lleva el flujo de sangre a los paquetes hemorroidales.
En cualquier caso, en nuestro equipo ofrecemos un tratamiento individualizado para cada paciente según sus necesidades, estando en disposición de ofrecer todo el abanico de tratamientos, desde los ambulatorios que realizamos en nuestras consultas, a los quirúrgicos que realizamos en los quirófanos de las Clínicas Dexeus, Teknon y Hospital de Barcelona