La jubilación de un cirujano. ¿Eres cirujano para siempre?

En el último número de la revista del COMB y con motivo de un curso de “preparación para la jubilación de médicos y médicas” que tendrá lugar en el Hospital Universitario de Bellvitge, encontramos un escrito del Dr. Manuel Sans Segarra y unas reflexiones de Eulalia Masachs, colaboradora de la Fundación Galatea y docente del curso. Me parece muy interesante tratar el tema ya que más pronto que tarde deberé enfrentarme a ella.

Creo que ser un buen profesional en cualquier trabajo conlleva un alto grado de implicación personal y lógicamente los médicos no lo somos menos y, tal vez por el hecho de tratarse de la salud y de la vida de las personas nos sentimos diferentes y, es entonces que apelamos al alto grado de vocación que hemos necesitado para desarrollarla. Quizás sí que ha sido así pero creo que no es exclusivo de la clase médica y que en el momento de vislumbrar el final de lo que ha ocupado la mayor parte de nuestra vida pensar que no podremos dejar de ser lo que hemos estado.

Soy cirujano y desde 1974 he vivido más horas a la luz de la lámpara de un quirófano que en casa. He disfrutado mucho y también he sufrido y hasta he llorado calladamente. Es aún mi mundo y en él me siento seguro y así intento reflejarlo a todos aquellos profesionales que colaboran conmigo y sobre todo transmitir esa seguridad al paciente que ha confiado su problema de salud a mi criterio y a mi habilidad.

Recuerdo un ginecólogo amigo que cuando hablaba de la jubilación hacía referencia a la llegada del “jubilo” y personalmente me gustaría que fuera así. Lo hemos dado casi todo para la profesión sacrificando cuidados familiares, hobbies, parte de nuestra salud y de otras aficiones. Hemos llenado la maleta de la vida de vivencias y recuerdos pero aún caben otras muchas cosas que ya las tienes que tener medio hechas y miradas y poderlas compartir con aquellos que hasta ahora sólo han compartido de manera parcial nuestra compañía. Pareja, hijos, nietos, amigos …

Creo que profesionalmente ya he hecho todo lo que quería hacer y también ha llegado el momento de decir basta a una actividad que requiere además de un buen pulso, incorporar nuevas técnicas que obligan a un aprendizaje que nadie debe pagar. Casi todos conocemos a médicos que por querer seguir haciendo de médicos han sufrido o han hecho sufrir más de la cuenta.

Es por todo esto que yo me estoy preparando con ilusión  la jubilación. Me divierto viendo como los más jóvenes del equipo hacen lo que yo quisiera hacer, me admira ver cómo operan mejor que yo y me gusta pensar que si voy a ser cliente de ellos, estaré en las mejores manos.

La “jubilación” es una nueva fase de nuestra vida y hay que vivirla plenamente.

 

Dr. Joan Torralba

Contenido elaborado por el equipo médico de Quirúrgica

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