La salud 2.0 ¿una necesidad o una realidad?

Desde hace unos años ya es un hecho que salud y tecnología no avanzan por separado. La aplicación de la tecnología y el entorno digital, en el sector de la salud, ha permitido aplicar nuevos métodos, medios, herramientas y canales de comunicación. Todo ello nos lleva a una mejor gestión del proceso de control de la salud de las personas y esto puede repercutir con beneficios para una mayor calidad de vida.

Vivimos en una sociedad donde la tecnología está integrada en el día a día y donde sus ciudadanos conviven con aparatos, como por ejemplo el teléfono móvil, que les permite interactuar de manera constante e inmediata y mantenerse informados en el lugar y momento que deseen. Esta constante reinvención de aplicaciones hace que el modelo de gestión de la salud también se replantee y se adapte a las nuevas realidades digitales. Igual que podemos utilizar nuestro teléfono móvil u ordenador para comprar o comunicarnos con un familiar, ¿por qué no utilizarlo para comunicarnos con nuestro médico, tomar nuestras constantes vitales y prevenir enfermedades?

Ya existen aplicaciones móviles que permiten cuantificar el sueño para averiguar si padecemos un desorden o gadgets, como por ejemplo Applewatch, que a simple vista parece un reloj pero es capaz de medir cuantos pasos hacemos, nuestro pulso, la temperatura de nuestro cuerpo y hasta cuantas calorías perdemos en relación al ejercicio realizado. Estos aparatos podrían tener un papel primordial en el escenario de una nueva comunicación paciente-médico. Y es que permiten tener un registro diario de la salud de los pacientes y enviar al momento, a través de las redes inalámbricas, los datos del paciente al médico. Por lo que facilitarían el diagnóstico y garantizarían una mayor prevención de enfermedades.

Quién sabe si en un futuro incluso tendremos implantados unos sensores que, a través  de una red inalámbrica, derivaran los síntomas a los especialistas, sin la necesidad de llevar un aparato aparte. O si en un futuro estos aparatos podrán, incluso, prevenir infartos,  ya que seguramente sean capaces no solo de acumular datos sino también de interpretarlos. Incluso, recogiendo datos cualitativos, como por ejemplo que tipo de publicaciones realizamos en las redes sociales o qué páginas de internet visitamos más frecuentemente, podrán obtener síntomas psíquicos y detectar una posible depresión.

El pasado mes de mayo, en Barcelona, se celebró el congreso Health 2.0. Un congreso dedicado a la salud 2.0 donde se presentaron nuevas aplicaciones y soluciones tecnológicas que pretenden reducir costes en el sector de la sanidad.

Pero la tecnología no solo está implicada en la comunicación 2.0  y el entorno digital sino que también proporciona una sofisticada mejora de la robótica, de las herramientas y de los materiales que se utilizan en cirugía. Los procesos quirúrgicos y cirugías cada vez más son menos invasivas, gracias a que la tecnología permite tener una mejor visibilidad del interior del cuerpo humano, más exactitud en los procesos y un mejor pronóstico. Con estas intervenciones menos invasivas  conseguimos que el paciente tenga menos secuelas y que la recuperación sea más rápida y menos dolorosa. Y evidentemente esto es un indicador de un aumento de calidad de vida de los pacientes.

Además, también han mejorado los materiales que se utilizan tanto en intervenciones como en prótesis para que el organismo los asimile mejor y actualmente con la robótica se está consiguiendo que algunas prótesis tengan movimientos naturales. O En biomedicina, si bien se tardaron muchos años en descubrir el genoma humano, ahora ya se investiga de cara a poder modificarlo, encontrar anomalías y substituir aquellos genes que nos provoquen enfermedades por genes benignos.

Este rápido avance de la ciencia nos permite hacernos diferentes hipótesis sobre la ruta que seguirá o que debería seguir. Bien sabemos que son muchos los campos y posibilidades que aún están por explorar, y en los próximos años ya podremos detectar si los avances tecnológicos, en el sector sanitario, pasan a ser una necesidad social y económica. La tendencia debería ser la de intentar reducir costes tanto en tratamientos y consultas como en diagnóstico. Por ejemplo, si se integra la salud 2.0 en el día a día de los pacientes ¿podríamos conseguir un sistema de medicina preventiva que bajaría los ingresos a hospitales? ¿O con la cirugía menos invasiva reducimos los costes de intervención? Por otra parte, tenemos que aprovechar el nuevo escenario de la relación médico – paciente, donde en un futuro ya no será necesario que el médico pregunte por los síntomas de su paciente o que gaste tiempo y recursos en diagnosticar porque toda esta información ya la tendrá almacenada en un dispositivo. La aplicación de la tecnología en la sanidad, no solo empieza a ser una realidad sino que además también debería ser una necesidad humana para poder garantizar beneficios en la calidad de vida de las personas.

Contenido elaborado por el equipo médico de Quirúrgica

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