Cada año, cuando llega el Día Mundial Del Cáncer, me viene a la cabeza la reflexión de que todavía necesitamos hacer llamamientos para resolver un tipo de enfermedad especial diferente. Porque, en muchos casos, va asociada a un sufrimiento importante, a un fracaso terapéutico, o a la necesidad de utilizar tratamientos complicados y que son fuerza invalidantes.
Por qué no se hace el día de la pancreatitis aguda o de la gripe, que pueden ser tan o más crueles que el cáncer así expresado en términos generales?
Los adelantos en el campo de la oncología y en la prevención de estas enfermedades, son ampliamente publicidades por todos los medios actuales y precisamente, disfrutamos de médicos de nuestro país que lideran importantes grupos nacionales e internacionales que han conseguido importantes aportaciones, en el conocimiento del origen y evolución del cáncer. Que ha permitido a los laboratorios farmacéuticos, introducir fármacos tan efectivos que complementariamente en los adelantos en el diagnóstico y en los tratamientos quirúrgicos, hacen que miramos el futuro de forma esperanzada.
Este mensaje es el que tenemos que hacer llegar a los ya afectados por las enfermedades tumorales y sobre todo a sus familiares, que en muchos casos, toman una actitud negativa y de poca esperanza que no los ayuda.
Quiero vender optimismo, y si es así seguro que bien pronto dejaremos de diferenciar estas enfermedades de las otras. Esto querrá decir que ya hemos dado un gran paso en la prevención y en el tratamiento. La palabra cáncer tiene que ser sinónimo de esperanza y de vida.