Nuestra experiencia
Con más de 700 operaciones anuales en el área de hemorroides y cirugía colorectal, el equipo de QUIRURGICA ofrece un tratamiento individualizado para cada paciente, que se inicia desde el primer contacto con el mismo. Contamos con todo el abanico de terapias existentes, desde las intervenciones ambulatorias que se practican en la consulta hasta la cirugía más avanzada, como el láser. Tras realizar un completo estudio y valorar el caso, se escoge el mejor tratamiento posible.
Además, con la aplicación y cumplimiento del protocolo ERAS, hemos conseguido disminuir las complicaciones postoperatorias y la estancia hospitalaria media de 8,2 a 5,4 días.
Todo ello con un único objetivo: alcanzar los mejores resultados para cada paciente.
Preguntas frecuentes
Incontinencia fecal:
La incontinencia fecal es la incapacidad de posponer la defecación hasta el momento que consideremos oportuno.
Existen distintos tipos de incontinencia, desde incapacidad de aguantar los gases, el manchado en la ropa interior o la incontinencia insensible, donde el paciente no es consciente de sus escapes.
SÍ. La incontinencia fecal es un problema al que podemos darle solución. Debemos de hacer un estudio completo de todos los antecedentes médicos y quirúrgicos del paciente, los fármacos que toma, así como conocer sus hábitos alimentarios y defecatorios.
Desde el primer momento podemos mejorar su situación y completar el estudio con una serie de pruebas sencillas para aportar la solución más adecuada.
No siempre. La incontinencia fecal tiene un origen multidisciplinar: el tratamiento médico-dietético es una de las bases; en otros casos precisaremos de una rehabilitación funcional de los esfínteres (biofeedback), y en algunos casos la cirugía es necesaria.
Existen casos en los que es necesaria la reparación del los esfínteres del ano (después de una lesión). En otras ocasiones el implante de unas pequeñas prótesis en el canal anal nos ayudará a recuperar la continencia. Gracias a la introducción de nuevos tratamientos como la neuroestimulación, hoy en día podemos dar tratamiento a gran tipo de incontinencias en las que antes no teníamos solución.
La neuroestimulación consiste en estimular los nervios que controlan la defecación. Puede realizarse de forma periférica para incontinencias leves, procedimiento que se realiza de forma ambulatoria, o bien, precisar de la colocación de un electrodo en el canal sacro, procedimiento realizado en quirófano pero que no precisa ingreso.
No, no se nota nada
Sí, podrás realizar vida normal. La estimulación de raíces sacras consiste en el implante de un pequeño marcapasos que controlará a partir de entonces nuestra defecación, que está colocado de forma subcutánea y que apenas se nota. Podrás trabajar, hacer deporte, bañarte, igual que si de un marcapasos del corazón se tratara.
Es necesario realizar controles periódicos con nuestros especialistas, dependiendo de cada caso, más o menos frecuentes. Si precisa apagar el aparato, se puede hacer de forma telemática sin ningún problema. Puede realizarlo usted mismo.
Hemorroides:
No siempre. En muchos casos es suficiente sólo un correcto diagnóstico y seguir un tratamiento médico. En aquellos casos en que no sea efectivo el tratamiento médico y la sintomatología (sangrado, dolor, inflamación…) lo justifique, sí se recomienda la cirugía.
No. Las hemorroides son una enfermedad benigna que nunca se maligniza. Pueden coexistir otras patologías que sí tengan potencial de malignizarse, por eso siempre es recomendable la visita con un especialista que lleve a cabo una correcta exploración y diagnóstico.
No. Si la operación se lleva a cabo de forma adecuada, no tiene que ocurrir, ya que no se toca la musculatura esfinteriana, responsable de la continencia.
En principio no, el tejido extirpado no se regenera. Sólo en casos poco frecuentes de estreñimiento crónico, obesidad, enfermedades vasculares, etc asociadas puede favorecerse que pasados los años se desarrollen nuevas hemorroides.
Depende de la técnica realizada, que va en función del grado de hemorroides. La cirugía convencional es dolorosa porque se trata de una zona con una alta sensibilidad. Con la utilización del láser se disminuye la inflamación y el dolor postoperatorio. En casos más seleccionados, la utilización de técnicas menos agresivas como la desarterización y la fotocoagulación con láser consiguen disminuir mucho las molestias postoperatorias.
Cáncer colorrectal:
El cáncer colorrectal es una enfermedad en la que unas células del colon o del recto empiezan a crecer de forma incontrolada. El colon es el intestino grueso y la parte final se llama recto.
No se conoce la causa de la mayoría de los cánceres colorrectales y la mayor parte (75%)ocurren en personas que no tenían factores de riesgo conocidos. Sólo se conoce que hay factores que traen consigo un mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal.
• Edad: más frecuente a partir de los 50 años.
• Hábitos tóxicos: los fumadores tiene una mayor probabilidad de padecerlo que los no fumadores. El alcohol también se relaciona con una mayor incidencia.
• Ejercicio: mayor frecuencia en las personas sedentarias.
• Dieta: hay una posible relación con dietas pobres en fibra, es decir que tengan poca fruta y verdura. También con dietas ricas en grasas y consumo aumentado de carne roja y de carne procesada.
• Enfermedades o condiciones que predisponen: algunos pólipos tienen potencial maligno (los adenomas) sobre todo al aumentar de tamaño. Los pacientes con enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa , ambas enfermedades inflamatorias crónicas del intestino, tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer. Cáncer colorrectal previo, las personas que han tenido un cáncer colorrectal previo tienen mayor posibilidad de tener un segundo cáncer.
• Factores genéticos o familiares: uno de cada cuatro pacientes afectos de cáncer de colon tienen un familiar afecto pero sólo en un 10% de los casos existe un componente hereditario. Existen algunos síndromes genéticos que aumentan el riesgo de padecer cáncer como la poliposis colónica o adenomatosa familar y el cáncer colorrectal hereditario no polipósico.
El cáncer colorrectal es el segundo cáncer más frecuente en la especie humana, por detrás del cáncer pulmón en el hombre y del cáncer de mama en la mujer.
• El cáncer de recto y de colon izquierdo suelen detectarse por sangre en las heces.
• El colon derecho se detecta por anemia en una analítica.
• Otros: cambio en la forma de defecar, dolor abdominal, pérdida de peso, cansancio…
A partir de los 50 años se deben realizar pruebas de detección precoz. La prueba de sangre oculta en heces permite detectar sangre en las heces permitiendo descubrir en una etapa más temprana el tumor. Pero sin duda la prueba que nos permite diagnosticar el tumor de forma más precoz y además prevenirlo es la Colonoscopia, mediante esta prueba se pueden detectar y extraer los pólipos ante de que se conviertan en un tumor.
La cirugía es el tratamiento mas efectivo para la curación del cáncer colorrectal y se debe ofrecer como primera opción siempre que el paciente presente unas condiciones físicas adecuadas para ello y que el estadiaje del tumor así lo aconseje.
En la operación conseguimos 3 objetivos: la resección del segmento afecto del colon o del recto con márgenes adecuados, la resección de los ganglios linfáticos que drenan el segmento de intestino que contiene el tumor y la reconstrucción intestinal siempre que sea posible.
La vía de abordaje puede ser la cirugía convencional (abierta) o la cirugía laparoscópica que es menos invasiva y se realiza con pequeñas incisiones.
En la mayoría de pacientes tras resecar el intestino afecto podemos volver a unir el intestino y los pacientes no deben llevar “una bolsa” para hacer las heces, es decir una colostomía. Sólo los tumores más próximos al ano obligan a una resección del mismo y llevar una colostomía toda la vida.
En el caso del cáncer de colon aquellos casos en los que el tumor haya infiltrado de forma profunda el colon, en los que hay afectación de los ganglios por el tumor o en los que presentan metástasis, la cirugía debe ser seguida de quimioterapia. Algunos casos seleccionados realizan quimioterapia antes de la cirugía. En el caso del cáncer de recto, en algunos tumores localmente avanzados en los que podemos realizar una resección completa, se realiza un tratamiento con quimioterapia y radioterapia antes de la cirugía con el fin de disminuir el tamaño del tumor y reducir las posibilidades que vuelva a salir. Los tumores no avanzados en el momento del diagnóstico se intervienen primero y sólo reciben tratamiento con quimioterapia y radioterapia si la biopsia posterior confirma mayor afectación de la pared del recto o de los ganglios linfáticos.
La mayoría de pacientes pueden seguir una vida activa. Sólo un 10-15% tienen unos síntomas muy severos que les hace sentirse mal durante la semana inicial de la quimioterapia. El resto de pacientes pueden sentirse débiles, cansados y ocasionalmente náuseas, vómitos o diarrea. También hay quienes no tienen ningún efecto secundario y hacen su vida familiar y social normal, incluso mantienen su actividad profesional.
El cáncer se puede reproducir, la frecuencia aumenta en función del estadiaje que presentaba el paciente en el momento del diagnóstico, cuanto mas avanzado estaba mayor el la posibilidad que vuelva a aparecer. Por esto es importante el seguimiento estrecho del paciente durante 5 años, siendo los dos primeros años tras el tratamiento los que con más frecuencia vuelve a aparecer el tumor.
Contenido elaborado por el equipo médico de Quirúrgica