La prevención. Clave en el Cáncer Colorrectal.

El día 31 de marzo se celebra el Día Mundial del Cáncer Colorrectal. Este día tiene como objetivo sensibilizar a la población de la importancia de esta enfermedad que en el caso de España es el tumor más frecuente si tenemos en cuenta ambos sexos; así de los 277.000 casos de cáncer diagnosticados, cerca de 44.000 serán de colon y recto, siendo el segundo tumor en mortalidad tras el cáncer de pulmón.

De forma general, la mortalidad por cáncer en España ha experimentado un fuerte descenso en las últimas décadas gracias al aumento de la prevención, a las campañas de diagnóstico precoz y a los avances terapéuticos.

“La celebración de un día especial para este tumor ayuda a difundir a la población cómo prevenir, que pruebas debemos realizar para una detección precoz y qué síntomas deben alarmarnos para acudir al médico”, explica la Dra. Lequerica, cirujana de Quirúrgica Cirujanos especialista en cirugía de cáncer colorrectal.

Factores de riesgo

Entre los factores de riesgo existen unos que no podemos modificar como son la edad, antecedentes familiares de cáncer colorrectal o sufrir enfermedades como la colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn o la poliposis.

Otros factores de riesgo sí que los podemos modificar como son evitar el tabaco, el alcohol, y las dietas con poca fibra y alto contenido en grasas y carne roja; un estilo de vida sedentario también está asociado a mayor incidencia de cáncer colorrectal.

Prevención

Se recomienda que las personas con un riesgo promedio de padecer cáncer colorrectal se hagan una prueba de detección alrededor de los 50 años. Las personas con un mayor riesgo, como las que tienen antecedentes familiares de cáncer colorrectal, deben realizar la prueba de detección antes. Se ha demostrado que las pruebas de detección reducen el riesgo de morir de este tipo de cáncer.

Hay dos pruebas de cribado fundamentales para la detección  del cáncer de colon son el Test de sangre oculta en heces (SOH) y la colonoscopia.

Síntomas de alarma

  • Cambios en tu hábito intestinal, estreñimiento (con más frecuencia) o diarreas.
  • Sangrado y/o moco con la defecación.
  • Dolor abdominal.
  • Anemia ferropénica en una analítica (suele asociar cansancio, aunque no siempre).

Existe entre los pacientes la costumbre de pensar que la sangre roja rutilante en heces (“como si te cortaran”) es signo de benignidad y que no tiene importancia, pues viene de las hemorroides. “Este pensamiento es equivocado y se debe pensar que el cáncer de recto produce este mismo síntoma. Es decir, ante todo tipo de sangrado se debe realizar una colonoscopia” explica el Dr. Centeno, cirujano de Quirúrgica Cirujanos, especialista en cirugía de cáncer colorrectal.

Diagnóstico

La prueba fundamental para el diagnóstico del cáncer colorrectal es la colonoscopia y biopsia del tumor si se detecta. Esta prueba tiene la ventaja que, además de diagnosticar, sirve para la prevención del cáncer ya que mediante la misma se pueden resecar pequeños pólipos que al crecer pueden degenerar en un tumor.

Para realizar el estudio de extensión, es decir, saber cuánto se ha extendido el tumor, se realizan pruebas de imagen como son el TAC  tóraco-abdominal, la resonancia pélvica o hepática y en algunos casos seleccionados el PET-TAC.

“Una analítica no determina el diagnóstico de cáncer” explica la Dra. Lequerica, “pero ante la detección de anemia ferropénica se debe practicar una colonoscopia y una vez diagnosticado el tumor debemos solicitar marcadores tumorales (CEA, CA 19.9) que no sirven para el diagnóstico pero, en el caso de estar elevados, sirven para el seguimiento del paciente una vez finalizado el tratamiento”.

Tratamiento

La valoración de todas las pruebas diagnósticas realizadas es la que determinará qué tipo de tratamiento debe realizar el paciente. “Es importante que esta valoración se haga dentro de equipos multidisciplinares dentro de los cuales hay diferentes especialistas: gastroenterólogos, cirujanos, oncólogos médicos, oncólogos radioterapeutas, radiólogos y patólogos” afirma el Dr. Centeno.

El tratamiento de este tipo de tumores incluye:

  • Resección endoscópica en tumores muy incipientes (carcinomas in situ) de pequeño tamaño.
  • Cirugía: actualmente la mayoría de pacientes se intervienen por técnicas de cirugía mínimamente invasiva como son la cirugía laparoscópica y robótica mediante las cuales realizamos pequeñas incisiones en la pared abdominal, a través de ellas introducimos una óptica que nos permite visualizar el abdomen e instrumentos que nos permiten realizar la cirugía. La limitación de este tipo de cirugía son los tumores de gran tamaño en los que a veces no es posible y debemos realizar cirugía abierta. La cirugía consiste en resecar el segmento del colon que contiene el tumor con un margen  libre y los ganglios del territorio correspondiente. En el caso de los tumores localizados en el recto se practica  una resección del mismo con realización de una anastomosis o sutura intestinal para volver a hacer las heces por el ano, pero en los casos que el tumor está muy próximo al ano debemos realizar una colostomía, abocando el colon a la pared abdominal.

En los pacientes con metástasis hepática o pulmonares, si son en número pequeño, se pueden operar eliminándolas, la mayoría de las veces tras la administración de quimioterapia

  • Quimioterapia: se puede administrar antes o después de la cirugía según el caso. Son medicamentos  para destruir las células cancerosas que permanecen en el cuerpo tras extirpar el tumor y los ganglios linfáticos correspondientes y ayuda a reducir el riesgo de recurrencia del cáncer. No todos los pacientes necesitan recibirla tras la cirugía, depende del estado del tumor. En algunos pacientes se utiliza antes de la operación para disminuir su tamaño y facilitar la cirugía.
  • Radioterapia:Se utiliza en algunos casos de cáncer de recto para reducir el tamaño del tumor y disminuir la posibilidad de que éste vuelva a reproducirse en la pelvis. Generalmente se combina con la quimioterapia.  
  • Medicamentos de terapia dirigida: es un tratamiento en el que se utilizan fármacos específicos que actúan sobre los genes y proteínas que intervienen en el crecimiento y la supervivencia de las células cancerosas. El oncólogo solicita pruebas para conocer los genes, proteínas y otros factores exclusivos del tumor con el fin de encontrar el tratamiento más eficaz. Generalmente suelen reservarse para pacientes con cáncer avanzado.
  • Inmunoterapia: es un tratamiento farmacológico que utiliza el sistema inmunitario para combatir el cáncer, es posible que el sistema inmunitario del paciente no ataque el cáncer porque las células cancerosas producen proteínas que impiden que las células del sistema inmunitario reconozcan a las células cancerosas, la inmunoterapia funciona interfiriendo este proceso. Generalmente se reserva para el cáncer colorrectal avanzado.

En Quirúrgica, contamos con una Unidad de Coloproctología dirigida por el Dr. Centeno y la Dra. Lequerica con amplia experiencia en Cirugía de Cáncer Colorrectal.

Tratamos a nuestros pacientes dentro de equipos multidisciplinares  en los hospitales en los que operamos, ofreciendo el tratamiento más adecuado a cada paciente. Utilizamos procedimientos mínimamente invasivos con torres de laparoscopia de última generación (4G y 3D) y con la tecnología de verde de indocianina que nos aporta una mayor seguridad especialmente en la cirugía colorrectal. Este año hemos incorporado la cirugía robótica que nos permite realizar procedimientos complejos con mayor precisión, flexibilidad y control en comparación con las técnicas convencionales.

Somos el primer grupo privado en España acreditado por la ERAS-Society (2015), aplicando protocolos de rehabilitación con los que hemos conseguido disminuir las complicaciones postoperatorias y proporcionar una más rápida recuperación postoperatoria a nuestros pacientes.

Contenido elaborado por el equipo médico de Quirúrgica

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